El desmán ibérico

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Redescubriendo, que es gerundio

cabecera

Lo dice la RAE. Redescubrir: Volver a sentir interés por algo o alguien que se había olvidado.

Un buen ejemplo lo tenemos en la cabecera del Tormes. Nos habíamos olvidado de unos centenares de desmanes y este verano hemos caído en la cuenta de ello, nos han vuelto a interesar.

Los olvidados_500

Que nadie me interprete mal. Es una buena noticia, no cabe duda. Mejor saber que estar en Babia. Ahora bien, evidencia nuestro escaso nivel de conocimientos básicos. Estos desmanes no estaban escondidos, eran muchos y estaban ahí, ocupando decenas de kilómetros, tan a gusto, «extinguidos».

En estos últimos cinco años se ha revisado la distribución del desmán en la mayor parte de su área de distribución. Pasados alegrías, sustos y redescubrimientos urge afinar el diagnóstico de los problemas y actuar en consecuencia. No hay ya excusa posible.

Por cierto, ¿alguien se acuerda que fue de la Estrategia para la conservación del desmán ibérico en España? Habrá que redescubrirla un día de estos. 

Actualizada la distribución del desmán en Francia

Nuestros vecinos franceses nos ofrecen por fin la imagen de la distribución actual del desmán en su país

Distribución Galemys Francia 2011_13_2_500

Distribución Galemys Francia 2011_13_500

El avance forma parte de la documentación asociada a la última reunión de seguimiento del plan nacional del desmán. Si esta es la imagen final (que parece que sí; son 1.350 tramos prospectados), el estado de conservación de la especie sería significativamente mejor en el Pirineo oriental.

Seis departamentos, un rango de actuación de aproximadamente 20.000 km², un solo método de detección y en dos años terminado ¡Enhorabuena! Aquí, en el «País de las Maravillas», tal coordinación es sencillamente imposible. 

La presentación de estos resultados viene acompañada de información detallada sobre el proyecto LIFE recién concedido

El desmán de Schrödinger ¿o era el gato?

El interesante artículo que publica la revista Quercus en su número de julio aborda la conservación del desmán desde la perspectiva de la mecánica cuántica. Por lo visto aún no hemos sabido abrir la caja, somos malos observadores, y el desmán podría estar vivo o muerto, o más sorprendente aún, vivo y muerto al mismo tiempo.

Toda una revolución (o tal vez una deconstrucción) la que nos proponen sus autores. Respecto al conocimiento de la situación actual vienen a decir algo así:

El voluntarismo y la precipitación nos habrían llevado al alarmismo injustificado, circunstancia que nos hace ser ineficaces e ineficientes. En España existen pocos datos fiables, se ha buscado poco (y a menudo mal), y se han aventurado presuntas tendencias regresivas con escaso rigor. En este escenario ¿Quién se atreve a decir que en el Sistema Central la regresión ha sido del 10 o del 90%? La situación actual es de incertidumbre. Necesitamos un mapa fiable de la distribución actual de la especie.

Para complicar más el asunto, el desmán, al contrario de lo que se supone, podría seguir un modelo socio-espacial dinámico, comportándose de forma muy sociable y seminómada. Algo bastante lógico, por otra parte. Lo que conduce a que en la práctica, si se encuentra desmán en un tramo y no se vuelve a detectar en uno, cinco o diez años, no está justificado hablar de declive local, podría tratarse de una zona de presencia temporal. Y por si fuera poco, no es descartable el intercambio de ejemplares entre cuencas contiguas, «saltando puertos de montaña».

Tras la lectura de este artículo me surge la duda de si el desmán debe ser considerado como especie cinegética o amenazada. O de si tal vez el pesimismo que practico se debe a estar atrapado en un universo paralelo al de los autores y no tanto a la constatación de que el desmán mas que estar escondido se ha ido quedando sin sitio donde esconderse.

Sea como fuere ¡Bendita caja cuántica, que nos das un rayo de esperanza! Eso sí, yo no la quiero abrir y mucho menos mirar dentro. La mayor parte de las veces que lo he hecho el desmán no estaba. Ni vivo ni muerto. Estaría «nomadeando»…

El cubo cuántico_defi

¿Cuántos desmanes nos quedan?

Envidia me dan los ornitólogos. Son muchos y bien avenidos, por lo que manejan información suficiente para hacer estimaciones de la abundancia y de la tendencia de un gran número de especies de aves a escala regional. Cierto es que en muchos casos son aproximaciones groseras con un amplio margen de error, pero bien argumentadas estas cifras resultan útiles. Al menos nos ponen en situación. De tal especie tenemos del orden de centenares de individuos y de tal otra del orden de decenas de miles.

En el caso de los mamíferos estas aproximaciones no se han generalizado. Nos preocupamos por hacer estos cálculos cuando sospechamos que quedan pocos individuos que contar. Como es el caso, por ejemplo, del lince y del visón europeo, para los que tenemos la certeza de que sus efectivos son del orden de centenares y no de miles de individuos. Salvo excepciones nos quedamos ahí. No es frecuente echar cuentas de las musarañas o de los erizos que hay.

En el caso del desmán el conocimiento que tenemos del área que ocupa es desigual. En algunas regiones se ha revisado recientemente la distribución y en otras la información tiene ya unos años. Lo que sí vamos sabiendo es que no pinta bien. Se observa un declive rápido y generalizado. En este escenario de incertidumbre y cambio no es fácil estimar la abundancia.

La imagen siguiente muestra el área de distribución del desmán tal como la ofrece el Atlas de los mamíferos terrestres de España. Se compuso a partir de información recogida entre 1970 y 2006 (puntos). Sobre ella en trazo rojo he señalado lo que podría ser la distribución actual, revisada en función de los resultados de las prospecciones realizadas en la última década.

Galemys pyrenaicus distribucion distribution range Spain Espagne 500

Galicia, Extremadura, Salamanca, Cantabria, País Vasco, Navarra, La Rioja, Soria, Aragón y Cataluña, cuentan con información reciente. Falta ésta en la Cordillera Cantábrica (León, Asturias, Palencia, Burgos), pero dada la tendencia observada en el resto y que en dicha región están actuando las mismas presiones, hay poco margen para el optimismo.

En los últimos 30-40 años el área de distribución del desmán en España ha sufrido una reducción importante. Con toda seguridad superior al 30% y no es descabellado pensar que, una vez que se complete la revisión, la pérdida supere el 50%. Pero ahí no acaban las malas noticias. Esta especie, estrictamente ligada al hábitat fluvial, ve limitada su capacidad de expansión al corredor que ofrece el río, en el que encuentra hoy infinidad de barreras infranqueables. De este modo, lo que sobre el mapa se intuye como una distribución continua es en realidad la representación grosera de un conjunto de pequeños núcleos poblacionales aislados irremediablemente unos de otros.

En definitiva. No sabemos cuantos desmanes nos quedan. Lo que sí sabemos es cada vez nos queda menos tiempo para contarlos.