El declive del desmán es un hecho incontestable. En algunas regiones ha desaparecido por completo (sur del Sistema Ibérico) y en otras está a punto de hacerlo (Sistema Central). Revisiones recientes de la distribución en Galicia, Navarra, País Vasco y La Rioja apuntan también en la misma dirección. Dicha regresión se refiere al área ocupada. No contamos con estimaciones de la abundancia a nivel general y algunas de las que se realizan a escala local se hacen suponiendo una densidad media del rango conocido y la ocupación continua de una serie de tramos que se identifican como hábitat potencial. No es mala referencia, pero no deja de ser la capacidad de carga de dicho hábitat. Una estimación conservadora que puede estar muy por encima del tamaño real de la población.
Al desmán le suponemos ligado inexorablemente a tramos fluviales con unas características determinadas que forman redes más o menos extensas, que están sufriendo un proceso de fragmentación. El desmán ocupa cada vez redes fluviales más pequeñas, por lo que inevitablemente surge la pregunta ¿Cuál es el tamaño critico de esa red, por debajo del cual la supervivencia de los desmanes no es ya posible? No lo sabemos con exactitud, pero se puede hacer un cálculo sencillo que nos permitirá aproximarnos a la respuesta que buscamos.
Los valores de densidad poblacional que aportan distintos estudios oscilan en el rango 1-8 individuos/km. No obstante, aquellos que recogen información de trampeos intensivos señalan el rango 3-5 ind/km como una mejor referencia de la abundancia de la especie en condiciones favorables (1,2). Como no nos importa pecar de optimistas utilizaremos el valor mayor del rango (5 ind/km) y consideraremos la ocupación continua del tramo. Así, para tener una población de 500 individuos necesitaríamos un tramo de 100 km de hábitat favorable. He elegido 500 porque es uno de los valores de referencia habitual a la hora de estudiar el tamaño poblacional necesario para mantener la variabilidad genética de una población. Los expertos están de acuerdo en que no hay números mágicos (3), pero por otra parte la información que se va acumulando nos dice que en el caso de vertebrados 50 individuos no son suficientes y que algunos centenares podrían garantizar la supervivencia de una población al menos a medio plazo (50, 100 años). Echando mano de la discutida regla 50/500 podríamos considerar los límites del rango 10-100 km como referencias para valorar la viabilidad de una población de desmán. Por debajo de 10 km de hábitat potencial el desmán desaparecería y por encima de 100 la variabilidad genética estaría garantizada. Dentro del intervalo queda mucho espacio para la incertidumbre. Sin embargo, hoy tenemos la certeza de que la degradación generalizada de nuestros ríos ha provocado que predominen mayoritariamente los tramos favorables de pequeño tamaño (los que solo alcanzan para acoger algunas decenas de desmanes). ¿Alguien podría asegurar que conoce dos tramos distintos de más de 100 km de hábitat favorable? Si a esto unimos la experiencia de haber visto desaparecer en los últimos 20 años un buen número de pequeñas poblaciones aisladas en pequeños tramos y el hecho de que no se ha corregido ninguna de las presiones identificadas (todas siguen actuando y muchas de ellas con la máxima intensidad conocida). ¿Quién se atreve a dudar de que existe hoy un alto riesgo de que veamos extinguirse al desmán?
(1) Nores, C., Ojeda, F., Ruano, A., Villate, I., González, J., Cano, J. M., García Álvarez, E., 1998. Estimating Galemys pyrenaicus population density in four Spanish rivers. J. Zool. Lond., 246:454-457.
(2) Stone, R.D., 1987. The social ecology of the Pyrenean desman (Galemys pyrenaicus) (Insectivora: Talpidae), as revealed by radiotelemetry. J. Zool., Lond., 212:117-129.
(3) Flather, C.H, Hayward, G.D., Beissinger, S.R., Stephens, P.A., 2011. Minimum viable populations: is there a ‘magic number’ for conservation practitioners? Trends in Ecology & Evolution, 26 (6): 307-316.