Ni el público objetivo ni el producto parecen los más indicados, pero poco más estamos haciendo para sensibilizar al respetable. A ver si este año se nos enciende por fin la bombilla y encontramos la manera de que los problemas del río y del desmán tengan el eco suficiente para que en las alturas les dediquen la atención y recursos que necesitan.
A gusto nombraba yo a estos dos eruditos embajadores de la causa desmanera. A grandes males, grandes remedios. Lo que sea con tal de sacar al desmán de la indigencia informativa.
Y si no nos da el bolo para más, siempre podemos copiar al vecino.