Clément Puisségur firma en 1935 un trabajo sobre el desmán que, tocando todos los palos, pretende cubrir las carencias de la monografía que Eugène Trutat publicó en 1891.
– Yo capturaba mis propios desmanes. No como otros. Viene a decir Clément, dando a entender que su revisión es la buena. Lo que no cuenta es que en 1932, cuando andaba peleando con las nasas y dilucidando si ponerles cebo o no, era un recién licencié ès sciences. Así que a su disposición ni becarios ni ayudantes. Le tocaba, por fuerza, meter los pies en el río. Salió ganando él, pudo observar un buen número de desmanes vivos, y salimos ganando todos, ya que en su trabajo no abunda la fantasía con la que se adornan sus predecesores.
Entre las figuras de su artículo destaco esta. En canal. Con su morrillo torcido y todo. Impagable.