Aunque parezca mentira en asuntos de desmanes no existe una opinión unánime. Una peligrosa mezcla de ignorancia, ingenuidad, irresponsabilidad y algún que otro vendedor de crecepelo hace posible que la incertidumbre sobre el estado de conservación de la especie empiece a «ser un clásico».
Y mientras la casa sin barrer
Supongo que sí, que somos realmente estúpidos. No parecen épocas para la venta de enciclopedias-a-domicilio (mismo caso que los tónicos-crece-pelo), pero me aterra ver la credibilidad/responsabilidad que se le sigue otorgando a este tipo de mercachifles.
Como decías en tu entrada de ayer (ríos silenciosos), nos quedamos en la autocomplacencia, mejor pintar las cosas de colores -callar ante los disparates y conclusiones absolutistas sin fundamento- que sacarnos los colores cuando llega la hora, cuando hay que tomar decisiones… ¿Para qué pringarse? mejor dejarlo todos en manos de vendedores-de-humo.
Bueno, Galepyr, darte mi enhorabuena por todo lo que está haciendo. A ver si sirve para remover conciencias, para salir del día de la marmota. No sé si habrá algún punto de inflexión, pero habrá que buscarlo.
Para mí, ya lo que has hecho -poner toda esta información al alcance de todos (los que quieran, claro)- no tiene precio. Mientras otros, siguen con sus cuentas, ¿cuánto se podrá sacar de este pastel? Y en ese sentido, mientras más amenazado, ¡mejor!
[…] autores y no tanto a la constatación de que el desmán mas que estar escondido se ha ido quedando sin sitio donde […]